Los detectores de humo son dispositivos capaces de detectar la presencia de humo y la posibilidad de generarse fuego dentro de una propiedad. No obstante, en un entorno técnico se aconseja hablar de detectores de incendio, ya que normalmente no sólo se genera humo en un incendio, también puede darse el caso de una combustión en la que se crean múltiples gases.
Así pues, el objetivo principal de un sensor de humo es dar señal de alarma cuando el incendio aún no se ha producido, puesto que el fuego no se ha extendido. De este modo, se da el tiempo necesario para reaccionar. Sin embargo, no siempre es 100% eficaz, ya que es un dispositivo sensible y en ocasiones da falsa alarma.
Se pueden encontrar cuatro tipos de detectores de humo según sus principios físicos y funcionamiento. Estos son:
Detector de humo iónico
Este tipo de detector de incendios se suele instalar en industrias químicas, puesto que son más sensibles en cuanto a fuegos de crecimiento rápido o humo que no es visible. De este modo, los elementos detectados pueden ser invisibles a simple vista. Estos funcionan por un principio de ionización del aire en caso de que entre humo en la cámara de detección. Además, es importante tener en cuenta que no funcionan si el aire tiene una velocidad superior a 0,5 m/s aproximadamente.
Detector óptico
Se trata de un detector de humo puntual, que se coloca en los conductos de ventilación para detectar la presencia de partículas de humo en grandes superficies. Normalmente se utilizan en viviendas, centros comerciales, supermercados, bodegas, entre otros. Existen dos tipos, los detectores ópticos analógicos y los digitales. Su funcionamiento es muy simple, el humo que entra dentro del detector hace que interrumpa la transmisión de un rayo de luz, generando así la señal de alarma.
Detector térmico
Este es considerado el detector de incendios por excelencia, ya que se activa cuando se alcanza una temperatura elevada determinada. Normalmente se activan cuando se alcanzan los 70º, por lo que son de detección tardía. Además, solamente se pueden instalar en locales que tengan 7 metros de altura como mínimo y, se suelen utilizar cuando no se puede usar un sistema convencional de detectores de humo.
Detector de radiación
El detector de radiación tampoco es considerado un detector de humo, sino más bien un detector de incendios, como también es el caso del detector térmico. El de radiación detecta la existencia de energía generada por la presencia de un incendio, todo ello mediante elementos electrónicos. También son de aviso tardío y se usan en superficies abiertas o sitios con techos altos.
En Grupo Control ofrecemos un detector de humo homologado con una detección de incendios temprana, todo ello con el objetivo de avisar del origen del fuego con la antelación suficiente. Además, este está conectado de manera inalámbrica al panel de control de alarma, que al activarse y dar señal de alarma, envía el salto a nuestra Central Receptora de Alarmas. Esta última verifica la señal y actúa según lo establecido, llamando a los bomberos y autoridades, así como también enviando el aviso al propietario.
Asimismo, nuestros detectores cuentan con una sirena de alarma y luces led con el objetivo de avisar de manera sonora y luminosa. También ofrecemos un servicio técnico y de mantenimiento por los profesionales de seguridad, los cuales realizan un estudio personalizado para detectar las zonas vulnerables en las que instalar los detectores de humo. Así pues, se garantiza una eficiencia óptima.
No dudes en contactar con nuestros expertos en protección contra incendios para saber qué tipo de detector de humo necesitas. Según los tipos de detectores que se instalen, se procederá a realizar un plan de mantenimiento concreto, puesto que dependiendo del equipo de detección de humo, puede ser más propenso a ensuciarse y enviar señales falsas de alarmas.