
Últimamente se ha despertado gran interés en el mercado por el uso de las cámaras termográficas. Pero, ¿qué es una cámara termográfica?
Pues bien, una cámara termográfica o térmica, es un tipo de cámara de seguridad que nos permite conocer la temperatura de un objeto, animal o persona sin necesidad de contacto. Es decir, forma imágenes a partir de las emisiones de calor que irradian los mismos.
El ámbito de aplicación de este tipo de cámaras es muy variado, desde el militar, que fue donde surgió, hasta la industria, empresas, construcción, hogar, etc. Gracias al avance de la tecnología, estas aplicaciones aumentan a diario y se pueden encontrar diferentes tipos de cámaras termográficas para cualquier sector.
Funcionamiento de las cámaras termográficas
Nos basamos en el principio de que los cuerpos (objetos, animales y personas) emiten calor. Cuanta mayor radiación emiten, mayor es la temperatura del cuerpo.
Y os preguntaréis, ¿las cámaras termográficas para qué sirven? Pues bien, estas cámaras detectan la temperatura que emiten los cuerpos y crean una imagen a partir de la radiación infrarroja detectada, que es invisible a los ojos pero no a través de un sensor especial.
El sensor registra la temperatura de cada píxel de la imagen y le asigna un color en función de la temperatura que emita. Color azul, morado o verde para temperaturas más frías y color rojo, naranja o amarillo para temperaturas más cálidas.
Las aplicaciones de este tipo de cámaras varían desde, permitir a nivel industrial detectar sobrecargas o calentamientos en componentes eléctricos, a nivel de construcción comprobar la eficiencia energética del edificio, en seguridad detectar presencias de cuerpos sospechosos actuando como barreras perimetrales, detectar fugas de agua o gas hasta en negocios aplicado a la situación actual de emergencia sanitaria permitiéndonos medir la temperatura de los empleados y personas que acceden a nuestro local y detectar posibles síntomas del virus COVID-19.
Variedades de cámaras termográficas
La tecnología avanza de manera desmesurada y con ello las innovaciones en todo tipo de sistemas electrónicos. Por ello encontramos diferentes tipos de cámaras termográficas en el mercado, que se clasifican de acuerdo a la tecnología empleada en su fabricación en refrigeradas y no refrigeradas y conforme su forma de operación en activas o pasivas.
- Según la tecnología empleada en su fabricación:
- Cámaras termográficas refrigeradas. Cuentan con un sensor de gran sensibilidad debido a que se encuentra en una unidad sellada al vacío e integrado a un refrigerador que opera a temperaturas muy bajas. Emplean materiales como telururo de cadmio, antimoniuro de indio y mercurio y su aplicación es mayormente en el mundo militar y de la policía.
- Cámaras termográficas no refrigeradas. Gran sensibilidad térmica, cuentan con un sensor microbolómetro que no requiere enfriamiento. Se fabrican con materiales como el óxido de vanadio y el silicio amorfo. Pueden trabajar a temperatura ambiente y son más usadas en el sector industrial y para la medición de temperatura corporal a distancias cortas.
- Según su modo de operación
- Cámaras termográficas pasivas. Captan las radiaciones de la misma forma que las emite el cuerpo, sin usar reflectores. Son las más usadas.
- Cámaras termográficas activas. Usan un reflector para iluminar el cuerpo. De esta forma calientan la superficie del objeto y pueden recoger mejor la información sobre la temperatura del mismo.
Tras conocer un poco mejor qué es una cámara termográfica, para qué sirve y los diferentes tipos de cámaras termográficas que hay en el mercado, podemos escoger con mayor seguridad cuál es el tipo de cámara adecuado a mis necesidades.
Grupo Control ofrece asesoramiento personalizado en cuanto a cámaras de control de temperatura y así, poder ofrecer a sus clientes la más eficaz para su propósito.